Debate sobre Los Libros Deuterocanónicos

¿Apócrifos o inspirados por Dios? / csalazar.org



La presente publicación se debe a sugerencias, al inicio, no me motivo la idea; porque no quería que esto se viera como un relleno del blog, publicar un post ya que no tenia material o una respuesta a las opiniones dejadas en este post. Pero acepte la sugerencia. Para que usted querido lector pueda seguir opinando al respecto, o bien documentarse de una mejor manera, ya que estas opiniones fueron dejadas por personas muy conocedoras del tema, y dejaron una buena fuente informativa en el mismo. A este pequeño debate le podemos llamar apologética.

Una vez más, agradezco todos los comentarios dejados en el post original, pero se clasificaron los mismos y dejo con ustedes los más relevantes (Por Teología e Historia).

ADRIAN

¿Qué hay con esos libros “extra” de la Biblia

En los tiempos de Jesús había dos Antiguos Testamentos en uso. Uno era el Canon Palestino (o texto masorético escrito en hebreo) que es idéntico al Antiguo Testamento protestante y el otro el Canon Alejandrino (escrito en griego) conocido también como “la Septuaginta” que es idéntico al Antiguo Testamento católico. Los “Rollos del Mar Muerto” son un testimonio “viviente” de la existencia de la Septuaginta. Jesús cita frases de la Septuaginta en el 80% de sus referencias al Antiguo Testamento; era la Escritura en los tiempos de Jesús. Este es el orden de los libros de la Biblias modernas. El canon palestino tiene una ordenación diferente. La Biblia NIV [versión inglesa protestante] utiliza el ordenamiento de la Septuaginta, sin embargo no contiene algunos de sus libros (los “Deuterocanónicos)

Los cánones Alejandrino y Palestino eran casi idénticos salvo en su ordenamiento y en que la Septuaginta contenía estos 7 libros “Deuterocanónicos” que los protestantes llaman “Apocrypha” (Canon significa lista, en este caso la lista de los libros). Los apóstoles y la Iglesia primitiva de los “Padres de la Iglesia” usaban la Septuaginta. Los sínodos de Hipona (393D.C.) y Cártago (397 D.C.) tambien lo aprobaron.

Los evangélicos prefirieron el canon Palestino porque fue el que los judíos ratificaron en el año 90D.C. en su Concilio de Jamnia. Los católicos pensaban que este concilio judío ya no contaba con la infalibilidad de Dios porque la autoridad de Dios había pasado a los cristianos en Pentecostés (Hech.2,1) sesenta años antes.

Los libros Deuterocanónicos no fueron añadidos a la Biblia por el Concilio de Trento como muchos oponentes de la Iglesia lo dicen. Los cristianos siempre los han considerado parte de la Biblia. La Vulgata escrita en latín por Jerónimo en el 400 D.C. incluye estos libros Deuterocanónicos. La declaración formal de aceptación en Trento es nada más que una respuesta a la Reforma. Esta fue la primera vez que los libros Deuterocanónicos eran puestos seriamente en cuestionamiento. Presento ahorar material para académicos de mi amigo Art Sippo describiendo las internas y externas de la relación de los católicos con los libros Deuterocanónicos:

He escuhado a algunos evangélicos decir que los libros Deuterocanónicos no pertenecen a la Biblia, porque no son bíblicos. Esto para mí es un argumento circular. Martin Lutero los removió de su versión (también quiso sacar la Carta de Santiago y el Apocalipsis). Ahora basados en este canon, los evangélicos dicen que los libros Deuterocanónicos no son bíblicos. Sin embargo los libros Deuterocanónicos estaban en la Biblia desde el comienzo como lo revela la historia por lo que se debiera decir que son bíblicos por excelencia.

Los que dicen que los libros Deuterocanónicos no son bíblicos en realidad los rechazaron porque los libros Deuterocanónicos fundamentan la posición católica sobre el Purgatorio y la oración por las almas que allí se encuentren

Le pedí al Dr. Art Sippo que explicara un poquito la historia de la Septuaginta que es el Antiguo Testamento en griego que Jesús frecuentemente citaba.

De hecho no hay solamente un cuerpo de textos único llamado “la Septuaginta (LXX)”. Hay en realidad varias familias y la vasta mayoría de ellas son de origen cristiano tan antiguos como de la primera centuria. Lo que sabemos de ellos [hablando de los libros Deuterocanónicos] es que estaban virtualmente en todas las colecciones cristianas de aquel tiempo. Esto es lo que cuenta. Cuando los cristianos coleccionaron el AT en los 3 primeros siglos DC, INVARIABLEMENTE usaban la LXX e incluían no solamente todos los libros Deuterocanónicos sino también otros textos que nosotros consideramos apócrifos. Sabemos de esto porque tenemos varios “códices” (es decir libros de aquel tiempo encuadernados) que desde la Iglesia Primitiva parecen haber sido creados por edicto imperial poco después del Concilio de Nicea en 325. También tenemos colecciones de libros del siglo II (ej. “el Fragmento Muratoriano”) y el testimonio de varios Padres de la Iglesia que comienzan con Justino Martir en el año 150 D.C, Los Padres de la Iglesia citaban frecuentemente los libros Deuterocanónicos a partir del siglo I y hacia adelante. Hasta el siglo IV nadie discutió el canon “largo” del AT.

Fui a una conferencia de Peter Flint, el autor de la única traducción al inglés existente de los Rollos del Mar Muerto (publicada in 1999, http://www.deadseascrolls.org ) Su libro fue declarado “Libro del Año” en 2003 por el Institute of Biblical Archeology en Washington DC. Él demostró que los libros Deuterocanónicos (Apocrypha) eran incluidos con los otros libros del AT en los escritos del Mar Muerto. Los hallaron allí todos juntos. Esto ayuda a confirmar que los libros Deuterocanónicos eran reconocidos junto con los demás por los judíos de aquel tiempo (Siglo II A.C.)

El profesor Flint, que no es católico hizo una contundente afirmación, dijo: “ustedes no tendrían una Biblia sin la Iglesia” Cuando le pregunté acerca de esto durante la sesión de autógrafos después de la conferencia me dijo “Sin la Iglesia ustedes tendrían un puñado de libros. Con la Iglesia tienen la Biblia” (Lecture at Canadian Museum of Civilization Feb. 13, 2004, Ottawa, Canada)

Para mí como converso al catolicismo esta es una afirmación muy importante de un académico de la talla de Mr. Flint por sus implicaciones y particularmente porque él no es católico

Si la Biblia requirió de la Iglesia para su Canon (lista de libros que se incluyen) pienso que la el proceso de decisión sobre el Canon debiera haber sido “inspirado” por Dios. Pienso que el mismo tipo de Gracia requerida para decidir que libros se incluirían en el Canon Bíblico es la misma que se habrá requerido antes para escribirlos. Para mí hay 4 posibilidades

*Dios no inspiró la decisión sobre el Canon.

*Dios dio a los judíos esta Gracia en el siglo II D.C. cuando eligieron el Canon Masorético (después de haber rechazado a Jesús como Mesías).

*Dios dio esta Gracia a la Reforma en 1546

*Dios dio esta Gracia a la Iglesia Católica en Hipona (393 D.C.) y Cártago (397 D.C.) en virtud del Espíritu de Pentecostés.

No me puedo imaginar a Dios estando OK con tener dos cánones dando vueltas por allí. De modo que si saco fuera la opción #1, no puedo imaginarme que Dios haya esperado 1500 años hasta la Reforma para solucionar este asunto del Canon o sea que saco también la opción #3. Me quedan la opciones #2 y #4. Tengo mucha dificultad en creer que Dios haya dado en este caso su Gracia preferencialmente a los judíos que habían rechazado a su Hijo como Mesías antes que dársela a estos primeros cristianos que utilizaban los libros Deuterocanónicos. Por lo tanto creo que la Gracia fue dada a los primeros cristianos que usaban los libros Deuterocanónicos y ratificaron su inclusión definitivamente en Cártago en 397 D.C.

Este es el razonamiento católico para incluir esos libros. Personalmente, he recibido tremendas inspiraciones a partir de ellos y fui particularmente tocado por los libros de Tobit, Sabiduría, Judith y la historia de Susana en el libro de Daniel. Si no los has leído por favor dales una hojeada y juzga por ti mismo. Martin Lutero aceptaba Tobit, era parte originalmente de su Biblia.


Un Poquito De Historia

Desarrollo de las decisiones sobre el Canon Bíblico
AD 51-125: Se escribieron los libros que conforman el NT.

AD 140: Marcion, un empresario de Roma pensaba que había dos Dioses, Yahweh, el Dios cruel del AT y Abba el “Padre” del NT. Marcion eliminó totalmente el AT como Escrituras y como era por ello antisemita del NT solamente mantuvo 10 de las Cartas de Pablo y 2/3 del Evangelio de Lucas (eliminando toda referencia a la identidad judía de Jesús). El “Nuevo Testamento de Marcion” fue el primero en ser compilado forzando a la Iglesia a decidir el núcleo del canon: los 4 Evangelios y las Cartas de Pablo

AD 200: La periferia del canon no había sido aún determinada. De acuerdo a una lista compilada en Roma en el 200 D.C. (Canon Muratoriano) el NT consistía en los 4 Evangelios, los Hechos, las 13 Cartas de Pablo (sin incluir Hebreos), 3 de las 7 Cartas Católicas (1-2 Jn y Jds) y el Apocalipsis de Pedro

AD 367: La primera de las listas completas de los libros del NT en el número y orden exacto como las conocemos es escrita por Atanasio, Obispo de Alejandría en su “Carta Festal” en el #39 del 367 D.C.

AD 382: El concilio de Roma (convocado por el Papa Dámaso) comienza el movimiento para definir un canon universal para todas las iglesias locales. El NT es listado en su número y orden actuales

AD 393: El Concilio de Hipona comienza a discutir el Canon propuesto años antes por el Obispo Atanasio

AD 397: El Concilio de Cártago redefine el Canon de la Iglesia de Occidente con la ratificación del Papa Inocencio. En el Oriente este proceso canónico fue obstaculizado por un número de problemas incluyendo cismas (como el de la Iglesia de Antioquía de la que se separaron los Coptos).

A.D. 787: El Segundo Concilio de Nicea adopta el Canon de Cártago. A partir de este momento las iglesias Latina de Occidente y los Griegos/Bizantinos del Este comparten el canon. Sin embargo las iglesias monofisitas y nestorianas del Este [que conforman ahora parte del cristianismo ortodoxo: coptos y asyrios (caldeos, sirios y siro-malankares); armenios ysiro-malabares (estos ultimos se reunificaron siglos despues)] estaban ya separadas y no aceptaron el canon hasta el Concilio de Florencia en el que acordaron unidad a este respecto en 1442

AD 1442: En el Concilio de Florencia toda la Iglesia Católica (Este y Oeste) reconoció la Septuaginta y los 27 del NT confirmando el Canon Romano de la Biblia que el Papa Dámaso había publicado mil años antes. De modo que a partir de 1442 todas las ramas de la Iglesia incluso las Ortodoxas quedaron ligadas por el mismo canon, 100 años antes de la Reforma

AD 1536: En su traducción de la Biblia del griego al alemán, Lutero remueve los 7 deuterocanónicos y 4 libros del NT (Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis) poniéndolos en un “Apéndice” diciendo que eran “menos” canónicos

AD 1546: En el Concilio de Trento la Iglesia Católica reafirma de una vez por todas la lista completa de los 27 libros del NT y confirma la inclusión de los libros Deuterocanónicos que habían sido parte del Canon Bíblico desde la Iglesia Primitiva y confirmado en los sucesivos concilios de 393 AD, 787 and 1442 AD. En Trento, Roma dogmatiza el Canon incluyéndolo como materia de derecho canónico lo que a este punto quiere decir que el caso se ha cerrado para bien.

La sección de cronología es de Mark Bonocore & Bob Stanley

Señor Jesús te pedimos por la unidad de los cristianos
que se haga realidad a Tu modo
tenemos absoluta confianza
en que puedes reunir a tu pueblo.
Te damos absoluto permiso para obrar
Amen


JAVIER

Por considerar falsos los argumentos del trabajo presentado (no asi los comentarios) me permito ilustrarlos con historia de la Teologia.

Acerca de los Libros Deuterocanónicos
escrito por Hasley Morales
domingo, 20 de agosto de 2006

El Antiguo Testamento en las Biblias Católicas tiene siete libros más que las Biblias protestantes (46 y 39, respectivamente). Los protestantes llaman a esos libros Apócrifos y los católicos los conocen como los libros Deuterocanónicos. Estos siete libros son: Tobías, Judit, 1ª y 2ª Macabeos, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico (o Sirac), y Baruc. También, las Biblias católicas contienen seis capítulos adicionales (107 versículos) en el libro de Ester y otros tres en el libro de Daniel (174 versículos).

Yo he notando con preocupación la desinformación generalizada entre nuestros hermanos separados respecto al tema, de modo que muchos protestantes tienen, sin saberlo, una Biblia incompleta. En años recientes varios ministros protestantes se han dado a la tarea de tratar de aclarar dicha situación, escribiendo artículos y tratados. Por mis manos han pasado ya varios de esos artículos y tratados, todos con una increíble similitud, [lo cual me hace pensar que todos usan una fuente común], dando razones para no incluir los Deuterocanónicos en la Biblia. En las siguientes líneas contestaré a dichas objeciones.

Objeción #1

“Esos libros nunca formaron parte del canon judío. Pablo afirma que los judíos fueron los depositarios de la Revelación (Romanos 3,2) y el suyo es, por tanto, el canon válido. No existe ni un solo ejemplar del Antiguo Testamento editado en hebreo que contenga los apócrifos.”

Respuesta:

Todas las evidencias apuntan a que entre los judíos existió un doble canon. El canon breve de los judíos de Palestina, que no contenía los libros Deuterocanónicos, y el canon amplio de los judíos alejandrinos, que comprendía los libros Deuterocanónicos. Hay sin embargo algunas evidencias de que tal vez entre los judíos palestinos hayan circulado los libros Deuterocanónicos: En Qumrán, la evidencia bíblica/arqueológica más antigua, se han encontrado algunos fragmentos de tres libros Deuterocanónicos: del Eclesiástico (gruta 2), de Tobías (gruta 4) y de Baruc (gruta 7).

Es absurdo rechazar un libro porque no haya sido escrito en la lengua de los judíos, pues esto se debe principalmente a que (a) El griego comenzaba a ser lengua común para todos y (b) Se perdieron los originales de algunos libros y sólo quedaron sus copias en griego. Un ejemplo de esto último es el Eclesiástico, que fue originalmente escrito en hebreo y que San Jerónimo lo conoció en su lengua original.

En tiempos de los apóstoles la Septuaginta era la traducción del Antiguo Testamento de uso común, y esta contenía los Deuterocanónicos; por ello no es de extrañar que 300 de las más de 350 referencias directas que se hacen en el Nuevo Testamento al Antiguo hayan sido tomadas de la Septuaginta. Cuando Pablo dice en 2Timoteo 3:16 “Toda escritura es inspirada” está hablando de la Septuaginta.

Objeción #2

“Los libros apócrifos no son citados nunca por el Señor ni por sus apóstoles en el Nuevo Testamento”

Respuesta:

No es cierto, pero antes que nada, hay que saber diferenciar entre las formas de hacer referencia al Antiguo Testamento que usaron los autores del Nuevo Testamento. Primero tenemos las referencias directas, que generalmente usan la forma “para que se cumpliera lo que estaba escrito” o simplemente “como está escrito”; y las indirectas, que carecen de dicha fórmula. Aquí hay algunos ejemplos de referencias indirectas hechas a los libros Deuterocanónicos en el Nuevo Testamento:

1. Hebreos 11,35: “…Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor.” El único lugar en el Antiguo Testamento en que encuentras referencia a esto es en 2Macabeos 7:1-29. Si no tienes 2Macabeos, ¿Cómo puedes explicar esto?

2. Hebreos 11,38: “…errantes por desiertos y montañas,…” Esto se encuentra en 1Macabeos 2,28-30 y 2Macabeos 5,27.

3. Juan 10,22: “Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación…” Esto se encuentra en 1Macabeos 4,52-59.

4. Romanos 9,21: “El alfarero no es dueño de hacer de una misma masa…” Esto se encuentra en Sabiduría 15,7

5. 1Pedro 1,6-7, “…el oro que es probado por el fuego…” Esto se encuentra en Sabiduría 3,5-6

6. Romanos 1,18-32, “Dios es conocido por las cosas que El ha creado…” Esto se encuentra en Sabiduría 13,1-9

7. Apocalipsis 21,18: “El material de esta muralla es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro.” Se encuentra en Tobías 13,16-17.

8. Mateo 13,43: “Entonces los justos brillarán…” Se encuentra en Sabiduría 3,7.

9. Marcos 14,61-62: “…¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y dijo Jesús: “Sí, yo soy…” Se encuentra en Sabiduría 2,13.

10. Lucas 24,4: “… se presentaron dos hombres con vestidos resplandecientes.” Se encuentra en 2Macabeos 3,26.

11. Romanos 11,33: “…¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!” Se encuentra en Judit 8,14.

12. 1Corintios 10,20: “…lo inmolan a los demonios y no a Dios…” Se encuentra en Baruc 4:7.

13. 1Juan 3,17: “Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?” Se encuentra en Tobías 4,7.

14. 1Corintios 15,29: “De no ser así ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos?” Aquí San Pablo tenía en mente 2Macabeos 12,44.

Objeción #3

“No encontramos los apócrifos en ningún catálogo de libros canónicos reconocidos por la Iglesia en sus primeros cuatro siglos de existencia.”

Respuesta:

Hasta el siglo cuarto la iglesia no se planteó el tema del canon de forma seria [algo que comenzó a cambiar con San Agustín], pero los cristianos si reconocían esos libros. Aquí hay algunos ejemplos:

La Didajé (hacia 90-100 D.C.) 4,5 alude claramente al Eclesiástico 4,31. También Didajé 5,2 se refiere a Sabiduría 12,7.

Clemente de Roma (+101 D.C.) aduce el ejemplo de Judit y la fe de Ester. También alude al libro de la Sabiduría y al Eclesiástico.

Ignacio de Antioquia (35-107 D.C.) alude al libro de Judit 16,14 en su Epístola a los Efesios.

El Pastor Hermas (hacia 140-154 D.C.) tiene bastantes alusiones a diversos libros Deuterocanónicos: al Eclesiástico, a Tobías, a 2Macabeos y a Sabiduría.

San Justino (+165 D.C.), en su Diálogo con Trifón acusa a los judíos de rechazar de la versión griega de los Setenta las Escrituras que testificaban en favor de Cristo.

Clemente de Alejandría (150-215 D.C.) conoce todos los libros y pasajes Deuterocanónicos y los considera como sagrados y canónicos.

Objeción #4

“Los más ilustres Padres de la Iglesia rechazaron categóricamente los apócrifos: Melitón, Atanasio, Jerónimo, Cirilo, Rufino”.

Respuesta:

Este argumento empieza con una premisa falsa, pues San Agustín es el más ilustre de los Padres de la Iglesia y aceptaba los Deuterocanónicos.

A pesar que durante los siglos I & II se aceptaban los Deuterocanónicos de forma unánime, durante los siglo III & IV empiezan a surgir dudas respecto a estos. Estas dudas se originaron principalmente por las disputas con los judíos, quienes negaban la canonicidad de estos libros, por lo cual los apologistas se vieron obligados a usar sólo los otros 39 libros del Antiguo Testamento para argumentar.

De los Padres citados por los protestantes, San Jerónimo es el único que rechaza de forma categórica y absoluta los Deuterocanónicos, pues los demás llegan a aceptar algunos. La Iglesia sin embargo, nunca ha sostenido que los Padres sean individualmente infalibles. San Jerónimo finalmente se plegó a la decisión de la Iglesia de aceptar los Deuterocanónicos, y los incluyó en su Vulgata Latina (la versión que tomó como oficial el Concilio de Trento).

A partir de fines del siglo V las dudas acerca de los Deuterocanónicos van desapareciendo, restableciéndose así la unanimidad en el siglo VI.

Objeción #5

“Los mismos libros apócrifos delatan no ser de inspiración divina. Por ejemplo en 2Macabeos 15,38 el autor renuncia a toda pretensión de inspiración”.

Respuesta:

Los protestantes citan aquí un pasaje de 2Macabeos donde el escritor se atribuye a sí mismo la autoría de dicha obra, para concluir así que tal obra no puede ser de inspiración divina. Hay sin embargo un paralelo a esto en el Nuevo Testamento, en el evangelio de Lucas:

“Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.” – (Lucas 1,1-4)

Se hace evidente aquí que el autor del Evangelio de Lucas se atribuye también la investigación y redacción de dicha obra.

El problema tal vez tenga su origen en la forma en que los protestantes ven la Biblia. Para nosotros los católicos, Dios inspiró la Biblia pero esta fue escrita por hombres. Los protestantes en cambio, ven la Biblia tal como si Dios la hubiera dictado palabra por palabra. Tal visión errada y casi idólatra de las escrituras es la misma que los lleva a atacar la ciencia y sus avances, por contradecir esta en numerosas ocasiones su interpretación excesivamente literal de pasajes como el relato de la creación de Génesis.

La forma en que está escrito el citado versículo de 2Macabeos no hace pensar que no es inspirado. El autor está más bien preocupado por la composición literaria del libro, y dice que se esforzó en que la construcción del libro fuera buena; su calidad literaria, no la validez del contenido.

Objeción #6

“Casi todos estos apócrifos fueron escritos mucho después de que se hubiera cerrado el tiempo del canon del A.T., que duró hasta Malaquías. Sus autores no pueden ser profetas, ni tener el oficio profético, ni ser, por tanto, inspirados”.

Respuesta:

Para los protestantes, Esdras habría cerrado de modo definitivo el canon, de tal manera que en lo futuro no se permitió añadir más libros; para los católicos, en cambio, la compilación canónica de Esdras no había sido definitiva. Por eso, los judíos alejandrinos pudieron añadir más tarde los libros Deuterocanónicos.

Son varios los argumentos en que se apoya la postura protestante. En primer lugar, el celo de Esdras por la Ley. 2 Macabeos 2:13 afirma que Nehemías hizo una biblioteca para recoger los Libros Sagrados. Flavio Josefo atribuye la formación del canon al tiempo de Artajerjes I Longímano (465-425 A.C.), es decir, al período en que tuvo lugar la actividad religiosa de Esdras y Nehemías.

Sin embargo, las dificultades que se oponen a esta teoría son muy fuertes. Si Esdras fue el que cerró el canon del Antiguo Testamento habría que explicar porque los libros de las Crónicas y de Esdras fueron incluidos en la lista canónica, pues estos fueron escritos hasta el tiempo de los griegos, es decir, bastante después de la muerte de Esdras.

Objeción #7

“Aunque fue permitido la lectura de dichas obras, tanto en Israel como en la Iglesia Cristiana, para instrucción, jamás fueron tenidas por canónicas ni inspiradas, sino hasta el Concilio de Trento (1546, diecisiete siglos después que la Iglesia había vivido sin ellas); este concilio no fue representativo de la Cristiandad, y hoy en día los mejores teólogos católico-romanos desean que haya sido superada la época tridentina”.

Respuesta:

Si esos libros no formaron parte del canon hasta 1546 ¿Cómo fue que Martín Lutero los eliminó en 1534? Este error por sí sólo es una muestra contundente de la poca solidez de dicha objeción.

La historia demuestra que no es verdad lo que dijo Lutero, los cristianos siempre habían reconocido esos libros como parte de las escrituras. Los concilios del siglo IV y posteriores habían confirmado la creencia cristiana. La opinión de Lutero era más bien la de los judíos que seguían el canon del concilio de Jamnia, hecho a finales del primer siglo de nuestra era. El problema es que Jamnia no era un concilio Cristiano, sino uno Judío, llamado específicamente para oponer a la Cristiandad.

Los Concilios de la Iglesia en Hipona (393 D.C.) y Cartago (397, 419 D.C.), enormemente influenciados por San Agustín, listaron los libros Deuterocanónicos como escritura inspirada, lo cual fue simplemente el visto bueno de lo que se había convertido en el consenso general de la Iglesia en Occidente y en la mayor parte del Oriente. De esta manera, el Concilio de Trento sólo reiteró en términos más fuertes lo que ya había sido decidido once siglos antes.

Obras consultadas:

Introducción a la Biblia – Manuel de Tuya / José Salguero

Martin Lutero y el nacimiento del protestantismo – James Atkinson

Biblia de Jerusalén – Editoral Desclée


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